Lo bonito: decenas de caras nuevas calentando el cuerpo antes de rendirle honor a la plataforma. Rostros novatos iluminados mientras recorrían sus manos untadas con linimento en los músculos que debían pasar la gran prueba. Miradas nerviosas y labios resecos esperando el famoso llamdo en el micrófono: "Barra lista para Gellibert, se prepara Villao... atento Suárez".
La adrenalina de saber que en segundos se puede levantar aquel paso que alguna vez nos pareció imposible. Y las tardes de sudor entregadas al gimnasio, y los dolores y la quemazón cuando estamos alcanzando el fallo muscular, y todo cuanto pudo haber ocurrido antes no tiene importancia el momento mismo cuando, casi sin respiración después del intento, escuchamos la frase mágica: "Jueces.. ¡Aprobado el levantamiento!".
Algunos próceres del magnesio y de la barra olímpica cumplen o alcanzan la edad tope donde pasan a una nueva categoría. Y será cada vez más difícil. Pero hay talento nuevo. Hay vida.
Lo malo: los retrasos, postergaciones y algunos vacíos en la coordinación. Que quede claro que no siempre se puede solo, hay que delegar, congregar, socializar, unir, sumar. Eso es el arte de hacer dirigencia. Cito estos puntos con la calidez del respeto, la amistad y el aprecio a quienes hoy dirigen el Powerlifting de la provincia de Santa Elena. Para eso estamos los amigos.
Lo feo: apunto mis cañones a algunos (por suerte 2 0 3 de casi 100) que se olvidan que "la vaca fue ternera" y noté claramente el poco apoyo a los nuevos, dándoles la espalda, emitiendo frases irónicas a jóvenes que tienen mucho por aprender aún.
Todo lo contrario ver a un Daniel Quimí, que en su pequeño universo llamado GALAXY GYM viene formando nuevos valores que quedaron muy bien esta vez. Lo mismo para otro viejo pero aguerrido maestro: Goyo Villao y su escuela Gigoro Kano. Lo mismo para un buen levantador que ahora hereda su maña y sus habilidades en la plataforma: el viejo Tito Bernabé.
Felicidades a todos. Esta vez no hay muchas fotos porque en honor a la verdad mis actividades profesionales me tienen copado al 200%, tanto así que no pude prepararme y me quedé al margen. Pero me doy por bien servido con la intervención de mi hijo que en su categoría 66kg divisón preJunior mejoró su standard. Pero hace falta más.
Mientras tanto, a disfrutar de nuestra pasión. LAS PESAS.
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